Hermosa, radiante, luminosa,
luce la luna en el jardín
me mira, me guiña el ojo,
creo que solo me alumbra a mí.
La luna, que con su sonrisa
encubre amores fugaces,
y sale de entre las sombras.
Cómplice de aquellos besos
que supo que eran sinceros,
de los románticos momentos
que nos brindó con su luz.
La luna que nos miraba,
que supo que nos quisimos,
testigo de aquel momento,
de aquellos besos prohibidos
efímero amor de verano
que vivimos hace siglos.
La luna estaba presente
en aquellas despedidas,
con su sonrisa radiante,
con su luz, con su alegría
La luna nos escuchaba
en tan lejanas promesas,
en las caricias sinceras,
en las miradas perdidas.
La luna que, fiel testigo
me acompaña cada noche,
al sentarme en mi rincón
tiene un halo de reproche.
Me recuerda aquellos besos
que me dabas a escondidas,
ocultándonos del mundo
mientras miraba… y reía.
luce la luna en el jardín
me mira, me guiña el ojo,
creo que solo me alumbra a mí.
La luna, que con su sonrisa
encubre amores fugaces,
y sale de entre las sombras.
Cómplice de aquellos besos
que supo que eran sinceros,
de los románticos momentos
que nos brindó con su luz.
La luna que nos miraba,
que supo que nos quisimos,
testigo de aquel momento,
de aquellos besos prohibidos
efímero amor de verano
que vivimos hace siglos.
La luna estaba presente
en aquellas despedidas,
con su sonrisa radiante,
con su luz, con su alegría
La luna nos escuchaba
en tan lejanas promesas,
en las caricias sinceras,
en las miradas perdidas.
La luna que, fiel testigo
me acompaña cada noche,
al sentarme en mi rincón
tiene un halo de reproche.
Me recuerda aquellos besos
que me dabas a escondidas,
ocultándonos del mundo
mientras miraba… y reía.