Llevo una buena temporada sin escribir ningún relato: el trabajo y otras obligaciones que tengo que anticipar a éstas, hacen que últimamente tenga este blog un pelín descuidado. Intentaré poner remedio a este problema cuanto antes y me pondré dedos a las teclas a escribir algún rollete para decorar mi “Rincón de las historias”. Intrigas, aventuras, amores, luchas de poder y enigmas se entrecruzan en mi mente pugnando por ocupar un lugar privilegiado en el inmaculado papel; sin embargo no consigo ponerme de acuerdo conmigo misma para decidirme por uno u otro. Igual hago una mezcolanza de situaciones e hilvano una historia sin pies ni cabeza, como las que acostumbro a escribir… Nunca se sabe.
Mientras que cuelgo esta especie de disculpa que estoy escribiendo, no sé si con el fin de engañar a alguien o a mí misma, intentaré acercarme un poco más a mi espíritu creativo para sumergirme en algunas vidas y poder narrar sus historias. Algo así como hacer trabajar a mi imaginación en un personaje del que todavía no he pensado ni el nombre. ¿Protagonista? Una mujer, como casi siempre; ¿Nombre? El de alguna persona que me caiga bien ¿La situación? La vida misma. ¿El título? Una frase sugerente y explícita del texto. Unas cuantas frases, una descripción dependiendo del tiempo y de la imaginación necesaria y ya tengo el relato. Sólo tengo que escribirlo y colocarlo en su lugar en esta vitrina para poder ser visto y censurado.
Después de este paréntesis, en cualquier momento llegan las musas a visitarme (las espero desde hace tiempo y ya no pueden tardar) y me pongo a escribir. Ahora que llega la primavera aunque en León ha estado todo el día lloviendo, saldré al campo, a la orilla del río con mi portátil y allí, a la sombra de los avellanos, llegarán ellas llenas de ideas a las que yo sólo tendré que atrapar con mis dedos. Estas frases ya las tengo muy gastadas. Quiero decir que me pondré a escribir como una loca al lado del río que es dónde más me concentro, y que tengo ganas de estar allí, junto al puente de mis sueños. Eso.
Mientras que cuelgo esta especie de disculpa que estoy escribiendo, no sé si con el fin de engañar a alguien o a mí misma, intentaré acercarme un poco más a mi espíritu creativo para sumergirme en algunas vidas y poder narrar sus historias. Algo así como hacer trabajar a mi imaginación en un personaje del que todavía no he pensado ni el nombre. ¿Protagonista? Una mujer, como casi siempre; ¿Nombre? El de alguna persona que me caiga bien ¿La situación? La vida misma. ¿El título? Una frase sugerente y explícita del texto. Unas cuantas frases, una descripción dependiendo del tiempo y de la imaginación necesaria y ya tengo el relato. Sólo tengo que escribirlo y colocarlo en su lugar en esta vitrina para poder ser visto y censurado.
Después de este paréntesis, en cualquier momento llegan las musas a visitarme (las espero desde hace tiempo y ya no pueden tardar) y me pongo a escribir. Ahora que llega la primavera aunque en León ha estado todo el día lloviendo, saldré al campo, a la orilla del río con mi portátil y allí, a la sombra de los avellanos, llegarán ellas llenas de ideas a las que yo sólo tendré que atrapar con mis dedos. Estas frases ya las tengo muy gastadas. Quiero decir que me pondré a escribir como una loca al lado del río que es dónde más me concentro, y que tengo ganas de estar allí, junto al puente de mis sueños. Eso.
2 comentarios:
A veces las musas se rien de nosotros... y no nos dejan.
Un beso y que esas musas lleguen pronto.
buena idea ir al rio ese que conocemos descalzarse y que vengan ideas, ese rio tiene mucha historia si hablase.........
un saludo MERCE
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