Mi musa y yo haciendo de las nuestras

La foto es de la musa que es mucho más guapa

Ya se pasaron (a Dios gracias) las navidades, las nieves en León y alguna cosilla más de esas que me tenían bloqueadas las meninges y por fin, comienzo a dar rienda suelta a los argumentos que mis musas llevan meses soplándome al oído. He comenzado suave pero pisando fuerte. Un poema temático para un libro colectivo, un relato, o cuento para otro libro estival. Otros tres relatos más para otros tantos concursos han salido de mis dedos en los últimos días. Si gano, los colgaré, si no gano –que es lo más probable- también. Mientras tanto iré rellenando este blog de historias con eso, historias.

Se me entrecruzan los personajes y corro el riesgo de cambiarlos de escenario, pero no pasa nada, en el país de la fantasía todo es posible. Unos van y otros vuelven. Unos se enamoran y otros se asesinan. Unos traman algo y otros son descubiertos. Unos se hacen millonarios y otros lo pierden todo. Es la imaginación que coloca las cosas y los personajes a su antojo. En un relato todo tiene cabida y en las líneas de un blog, también.

La cuestión es estar en el lugar preciso en el momento oportuno, o por el contrario, no aparecer por allí. Todo depende del cristal con que se mire y si le ponemos las bombillas de ahorro del ministro Sebastián, corremos el riesgo de hacer mal los cálculos y no ver nada. Os invito a pasar, a tomar asiento y a ver. Sabed que sois bienvenidos (no todos), que estáis en vuestra casa y que si os gusta el menú, podéis volver. Seguiré esperando con impaciencia.

Hasta entonces, un abrazo enorme.