jueves, 28 de febrero de 2008

Una actuación más

Relato publicado en la Revista cultural "JAMUZ"
Todo el público está esperando con atención a que la actuación empiece. Las butacas están ocupadas en su mayoría; el acomodador va y viene con algún rezagado que se entretuvo algo más de lo debido en sacar las entradas. Queda algún asiento libre en las últimas filas, pero prácticamente el aforo está completo. Los actores y actrices están acostumbrados a los aplausos y al público, pero cada nueva sesión es diferente a la anterior.
La obra está ensayada para que todo salga a la perfección pero alguna de las nuevas estrellas acaba de pedir una tila para hacer frente a los nervios que amenazan con jugarle una mala pasada. Estoy viendo al apuntador escondido detrás del telón, donde el público no pueda verlo; una obra de teatro no sólo está compuesta de actores, fuera del escenario hay mucha gente trabajando para que todo sea un éxito.
Los decorados aguardan impacientes a que los primeros actores dejen al descubierto las extensas horas de trabajo. El público también está esperando ansioso a que el telón descubra lo que hay detrás. Los acordes de la música llevan un buen rato sonando pero todavía hay que esperar a que el director de la obra dé el permiso para comenzar los primeros pasos hacia el escenario. Se inicia la cuenta atrás: tres, dos, uno… ¡ya!
¡Qué ilusión ver los rostros infantiles ensimismados mirando hacia el escenario! Para ellos todo es nuevo. Los ojos de los niños son tan sinceros que, para un artista, es una gratificación; con ver las caras y los aplausos no necesita más. En Jiménez, un año más, el telón ha dejado ver el trabajo de los que están detrás. Horas y horas de ensayos pero, al final, el resultado es inmejorable. Otro año que se cierra el certamen con aforo total.
Yo sólo tengo que seguir los pasos que los hilos me van marcando. Mi labor es muy lucida pero apenas tengo que hacer nada; sólo tengo que mover mi cuerpo al ritmo que me marcan desde las tablillas, pero el público jiminiego me aplaude con fervor. Todo el éxito me lo atribuyen y yo lo hago mío en un afán de protagonismo que, sin buscarlo, me han concedido en esta actuación.