miércoles, 22 de abril de 2009

Esperando a Jesús resucitado

Artículo publicado en la revista Pasión Nazarena 2009

El cortejo avanza alegre y entusiasmado por la calle del Reloj. La Virgen de la Soledad acude ansiosa a reencontrarse con su Hijo después de tres días de desoladora angustia. No sabe si será verdad lo que le han contado, que ha resucitado, pero su ánimo y el deseo de abrazarlo de nuevo la empuja a seguir adelante, hacia el punto de encuentro. Los hermanos que la llevan a hombros continúan con paso firme y en su corazón sólo hay un deseo: encontrar a Jesús Resucitado y demostrar la alegría que sienten.
La Virgen de la Soledad aguarda impaciente a que los dos hermanos se suban a su trono y con la destreza que les caracteriza, propia de la alegría, arrebaten el velo negro, símbolo del luto y el dolor, cambiándolo por otro blanco, de fiesta, de gozo. Cientos de hermanos y de bañezanos se dan cita en el lugar elegido para el esperado encuentro. Allí se encuentra ya, desde hace unos instantes, Jesús esperando impaciente a su madre para darle un abrazo; ha abandonado la urna de cristal en la que se encontraba la última vez que se vieron y, surgiendo de entre las flores, la saluda con amor.
Las bandas que acompañan a los dos séquitos tocan ahora al unísono una alegre composición. Es fiesta y la alegría se tiene que trasmitir a todos los presentes mientras las palomas demuestran su júbilo izando el vuelo al lado de María; también ellas celebran la fiesta de la Pascua. La Soledad, con su manto blanco y su vestido de fiesta, acompaña gozosa a su Hijo hacia la iglesia de Santa María. Al fin han terminado esos días de angustia y de dolor. Ahora, Madre e Hijo estarán, a nuestro lado, juntos para siempre.

miércoles, 8 de abril de 2009

Tu decides lo que soy

Soy aquello que siempre me gustó,
soy quien me gustaría tener ante mí,
soy lo que espero encontrarme cada día
soy todo lo que deseo junto a ti.
Soy toda errores y defectos
fiel amiga, aunque no me fío de mí.
Soy la más amarga de las penas
soy aliento, soy apoyo,
soy feliz haciéndote feliz.
Soy lo que tu quieras, eso soy.
Por ti cambiaría mi vida entera
y sería un pedazo de la nada
por ti soy, o no soy.
Tú decides lo que soy.