jueves, 21 de abril de 2011

Imágenes perdidas en fotos amarillentas


Artículo publicado en la Revista Pasión Nazarena 2011

Apenas unas cuantas fotos, amarillentas por el paso del tiempo, son testigo de quienes nos precedieron en la inestimable labor de acompañar a nuestros pasos en la semana de Pasión. Cientos de imágenes demuestran el fervor por la tradición ‘semanasantera’, lo que indica que, desde siempre, se dedica a esta celebración la atención que se merece. Son esas imágenes las que dan testimonio de la importancia que desde antaño han tenido estas costumbres; algunas, atesoradas en viejos álbumes con el encanto añadido de los años acumulados cuando todo parecía diferente, otras perdidas en algún cajón de quien no las ha sabido valorar o no las ha querido compartir.

Las fotos, en ocasiones, se convierten en el único testigo del paso del tiempo y de las costumbres de la época que muestran; son las encargadas de hacer historia cuando la tradición oral encuentra lagunas en la memoria o tergiversan voluntaria o involuntariamente los hechos. Las fotos, antiguamente escasas por su dificultad de conseguir, constituyen un legado no siempre valorado y un tesoro para quien tiene la suerte de conservarlas. Esas fotos que ahora decoran páginas de libros, también dan cuenta de las costumbres y tradiciones de una época pasada y siempre nos llaman la atención por el encanto y la historia que desprenden las instantáneas.

Hoy todos hacemos cientos de fotos cada día, incluida la Semana Santa, gracias a la tecnología que ha provisto de una pequeña cámara de usuario incluso en los teléfonos móviles más básicos. Así, muchas veces, sin pensar en el fervor religioso que muchos de los que acompañan al cortejo manifiestan, nos colamos entre la gente, levantando ambas manos, con el fin de conseguir una foto o vídeo de la procesión sin pararnos a pensar nada más que en nuestro afán por subir al perfil de nuestra red social favorita alguna muestra que deje constancia tanto la presencia en el lugar como la pericia fotográfica.

Las comparaciones son odiosas y el tiempo se encarga de reafirmarlo. Por eso, aunque hemos ganado mucho tecnológicamente hablando, hemos dejado a un lado nuestros valores fundamentales y las costumbres que adquirimos en la España en blanco y negro. Aquella época que mencionaba al principio del artículo ya se ha olvidado y quienes intentan estar por encima y sacar la mejor foto, no se dan cuenta que muchas veces molestan a una persona que, desde el silencio, eleva una plegaria.

Muchas veces, cada vez más, hay quienes se apuntan a ese papel social o turístico de la Semana Santa, en la que lo más importante es sacar miles de instantáneas para enseñar a sus allegados un extenso reportaje de las vacaciones de interior. Sin embargo, aunque está de moda desvincular todo lo que acontece en torno a las fechas de Semana Santa de lo religioso, por mucho que cambien las cosas, el origen de estas fiestas, lo que se celebra y quienes se encargan de mantenerlo siempre tendrán algún vínculo con la fe.