lunes, 13 de febrero de 2012

San Valentín, amor con forma de corazón


Imagen de asesdetartas.es

Artículo publicado en Ibaneza.es

No me acuerdo del enfoque que le di el pasado año al artículo sobre San Valentín, pero me lo imagino, porque sigo pensando igual, pero este año voy a dejar a un lado los motivos y me voy a situar en las formas y colores, dejando a un lado esa “obligación de regalar para demostrar calidad y cantidad en el amor”… Sigo pensando que el amor se demuestra todos los días sin tener que hacer un regalo comparable al cariño recibido a cambio.

Llevamos casi un mes rodeados de la propaganda de las tiendas de regalos, no solo esas que se han inventado el día, sino todas las grandes y pequeñas tiendas que se han ido sumando a la genial idea que les permita terminar febrero con saldo positivo, aún a costa de hacer creer a los enamorados que hoy se quieren más que ayer, solo por ser San Valentín o porque el menú tenga forma de corazón, que -después de todo- es más atractivo a la vista.

Que en tiempos de crisis hay que agudizar el ingenio no es ningún descubrimiento mío; todo el mundo sabe que en épocas de austeridad nacen grandes negocios gracias a las ideas que no nos queda más remedio que sacar de cualquier parte y poner en práctica. Surgen las manualidades, la costura, la decoración, la repostería casera… todo hecho de forma más o menos experta, pero eso sí, todo tiene que ser de color rojo y con forma de corazón.

Tartas, galletas, llaveros, marca páginas, cojines…, todo tipo de enseres y artilugios pululan por todas partes en un arrebato de ser el más original y el más copiado, pero todo, tenga la forma que tenga, acaba adoptando la forma de corazón. Las confiterías, las tiendas de regalos, los restaurantes, las floristerías… se llenan de corazoncitos para festejar al santo del amor, en el día del amor por excelencia.

Pasará la noche cargada de regalos, cenas, corazoncitos y promesas de alcoba y mañana, que ya habrá pasado la fiebre sanvalentinera, todo volverá a la normalidad. Ese amor desmedido -en muchos casos- volverá a la rutina y dejará las carantoñas y regalos obligatorios para el próximo San Valentín que, dicho sea de paso, ya es momento de ir contando los días y volviendo a mirar las vitrinas de las tiendas de regalos o las manos de las amigas, porque ya queda menos.

Hermandades deshermanadas

Artículo publicado en Ibaneza.es

Cuando algo se rompe por completo resulta casi imposible volver a unirlo y que no se note, a pesar de las intenciones. Y es que, por muchos métodos adhesivos que se utilicen, siempre se acabará notando la fisura y correrá el peligro de volverse a resquebrajar. Y si una hermandad se deshermana poco habrá que vuelva a juntar cabezas y voluntades, aunque el ideario, los fines y el modus operandi sigan siendo los mismos.


No pretendo echar leña al fuego ni sacar a relucir trapos sucios de nadie, ya que el deshermanamiento de los dos grupos de águedas de la ciudad data de hace muchos años y no seré yo quien ponga en tela de juicio las razones que las llevaron a dividirse; además, pienso que hemos de respetar las decisiones de quienes estaban allí y llegaron a la medida que llegaron de forma acertada o equivocada.

Si algo pasó o dejó de pasar es algo que solo compete a quienes, en su momento, decidieron dividir el grupo y honrar a su patrona por separado, pero lo que sí me parece un argumento de película de Almodóvar es la escena que tuvo lugar en el salón de plenos este domingo, muchos años después del asunto de la separación, y ante las autoridades y los medios de comunicación entre otros espectadores.

Por un lado las águedas de El Salvador, argumentando más legitimidad y antigüedad, pretendían que las de Santa María hicieran su fiesta otro día. Al no dar ninguna el brazo a torcer, unas y otras hicieron su fiesta el mismo domingo sin entorpecerse unas a otras ni ser dignas de más o menos halagos por parte del regidor en funciones, hasta que la Águeda Mayor de las de El Salvador se despachó a gusto contra las otras y contra algunos periodistas, criticando las crónicas de sus periódicos.

Por su parte, la homóloga de Santa María, en su condición de portavoz, se refirió a las virtudes de la santa, al agradecimiento por el bastón de mando y al deseo de pasarlo bien, omitiendo en todo momento tan bochornoso espectáculo y dejando clara su elegancia y su saber estar ante las quejas que terminaron siendo el tema en todos los corrillos de la plaza Mayor y en los periódicos del día siguiente, mientras los músicos, ajenos a la discordia, tocaban jotas para quitar peso al asunto.

Hoy vuelven los periódicos a dar más información y detalles acerca de este asunto y, entre otras cosas, eso no habla bien de La Bañeza, señoras. Aunque es la pura realidad, está ahí y quienes tengan que sentirse mal u orgullosos de su forma de proceder tienen mucho tiempo por delante. Pero hemos sido el hazmerreír de la provincia y si no se lo creen pregunten fuera de la ciudad.