jueves, 17 de abril de 2008

El puntiagudo tridente de Lola

Soy la mala de la película. -Se dijo a sí misma Lola cuando vio como reaccionaban sus amigos ante sus pesquisas-, pero me lo estoy pasando en grande viendo como disimulan. Seguían con su romance, ajenos a la mirada inquisitorial de Lola. Ese mismo día puso en su Messenger una foto de un zapato rojo con un tridente por tacón y una de sus frases de las que hacen pensar; cada día sus amigos le preguntaban por aquellas frases que Lola cambiaba a su antojo y no se daban cuenta de que ella disfrutaba al ver como escondían aquel tonteo más propio de una pareja de adolescentes que de dos personas adultas como lo eran Ismael y Pilar.
A Lola le daba igual lo que hicieran, pero le fastidiaba que Gloria, la mujer de Ismael, estuviera confiada pensando en que su marido le era fiel, se identificaba con ella porque vivió con su marido una situación similar y no soportaba que la ninguneara delante de ella o la tuviera ahí para lavarle y plancharle las camisas mientras que él se divertía con su amiga, además, desde que empezaron con el romance, el grupo de amigos que antes eran se había reducido a pareja, a Lola la habían empezado a ignorar, quedando ellos para tomar café y haciendo las reuniones en otros lugares a los que Lola no solía ir, dejándola de lado literalmente.
Casi cada día Ismael iba a visitar a Lola al trabajo con la excusa de algún tema de la asociación a la que ambos pertenecían y que siempre saltaba a la palestra. A Lola le daba la sensación de que su amigo a veces quería decirle algo, pero siempre acababa desviando la atención hacia otro tema que le viniera a la mente, ella también se tenía que morder la lengua muchas veces, porque pensaba que aunque eran amigos, eso no era asunto suyo, el problema sería de Ismael si su mujer se enteraba de su doble vida. Ella no lo iba a juzgar ni a criticar; su amigo era Ismael, no su mujer,. Lo apoyaría incondicionalmente, pero le fastidiaba esa falta de confianza y las mentiras con las que siempre salía del paso “echándole siempre la culpa al trabajo.”
Pilar, además de ser su amiga, también pertenecía a la misma asociación, muy conocida en la pequeña ciudad de provincias donde todos ellos vivían, pero la parejita parecía muy a gusto viviendo en su nube color de rosa que no pensaba en las consecuencias que aquella aventurilla podría tener para todos ellos si salía a la luz. La imagen de la asociación por la cual se habían conocido y por la que todos ellos habían luchado podría verse afectada si un escándalo de este tipo llegara a salpicar a alguno de sus miembros, pero a ellos no parecía preocuparles en absoluto.
Se veían en cualquier cafetería sin importarles quien los veía, paseaban juntos por las céntricas calles a plena luz del día y se hacían carantoñas sin importarles que su amiga o cualquier otro miembro de la asociación estuviera presente. A Lola a veces le resultaba empalagosa tal demostración de amor, ya que se estaban tocando a todas horas, como si el resto del mundo no existiese para ellos, dejando los problemas y los proyectos de la asociación, por la que se suponía que todos luchaban, que pasaran a un segundo plano, y eso ella no lo iba a permitir.
Lola era bastante intuitiva y los pillaba en todas las ocasiones en las que se lo proponía y cuando cualquiera de ellos caía en sus redes investigadoras, Lola sacaba el tridente del demonio que se escondía dentro de ella y los pinchaba ligeramente. Ellos caían en sus trampas sin darse cuenta de que ella disfrutaba con la cacería en la que todos participaban. Lola siempre se enteraba, sin querer, de sus encuentros furtivos. A veces, llamando por teléfono primero a uno y acto seguido al otro, donde se escuchaba el mismo ruido de fondo. Lola, que parecía ser más lista que ellos, o al menos estaba con los ojos más abiertos, los llamaba cuando estaba segura de lo que le iban a contestar. Así los pillaba y los ponía nerviosos.
A Lola no la veían llegar nunca, cuando ellos “iban, Lola venía” y siempre que los miraba los encontraba lanzándose miraditas de enamorados o haciéndose arrumacos. Lola disfrutaba con sus ironías cuando les hablaba en plan sarcástico pero ellos no parecían darse cuenta de las indirectas ni de las preguntas impertinentes de Lola.
-Hoy Lola está borde, déjala. Solían decir cuando Lola no quería ir con ellos de cañas después de haber sido invitada “tarde, mal y nunca”, y Lola aprovechaba para decir:
-Si, hoy me toca “demonio”¿qué le vamos a hacer?
-Pues últimamente todos los días te toca “demonio”, anda que nos podías avisar cuando te toca “ángel” porque así no se te puede decir nada…
-No voy con vosotros, ya sabéis que no quiero molestar; no me gusta pegarme a los grupos cuando no he sido invitada. No quiero molestar a nadie … y no me tiréis de la lengua…
-Estás más boba…, como si hiciera falta que te invitáramos…
Lola disfrutaba jugando al ratón y al gato y no se enteraban de que varias veces al día sacaba el tridente afilado para hacer de demonio y hacer uso del sobrenombre con el que una persona muy querida la obsequió una vez: “Reina de la ironía” para pasarse unas risas a su costa y demostrarles que aunque no le habían dicho nada, ella estaba al corriente de su affaire. Otro día en sus muchos chateos salió el tema de los hombres y las relaciones extra conyugales. A Pilar solo le interesaban los hombres mayores y “casados en su mayoría”, entonces Lola sacó la psicóloga que lleva dentro y le dio unos cuantos consejos a Pilar envueltos en la “ironía” que ya ésta empezaba a conocer.
-… y lo que esta claro es que se acomodan en la vida de casados y les es difícil abandonar; muchas veces lo que buscan es una aventura sin importancia…al final te quedas como vacía, utilizada....te dicen que no pueden vivir sin ti pero la que los acompaña en los actos públicos es su mujer.
-Si, tienes razón, pero ¡cómo te alegra el día una llamadita de teléfono y unos mimitos…! ¡como para renunciar a eso…!
-Anda, búscate uno soltero, guapo y sin malos rollos.
-En eso estoy, solo me falta encontrarlo...
-Que luego se entera la mujer y te saca los ojos.
-Ya me pasó una vez, pero no me sacó los ojos...
-Eres muy joven y tienes toda la vida por delante, además dice una amiga mía que los que a los 30 están libres es porque tienen algo, aunque pienso que los más interesantes son los de entre 30 y 50, te lo digo yo, pero yo casi tengo 40. Tu eres muy joven.
-Pero a mí me gustan los hombres mayores… cuando tenía 20 me gustaban de 40, ¿qué le voy a hacer?
-Yo no puedo engañar a nadie, yo soy más de decir las cosas y terminar la situación. No sirvo para una doble vida.
-Yo lo entiendo, después de muchos años, cuesta cambiar las cosas, no obstante una doble vida, al final acaba cayendo, aunque durante un tiempo tiene su morbo.
A Lola le parecía imposible meterle en la cabeza a Pilar que se buscara un novio normal y dejara sus aventuras con hombres casados. Al fin y al cabo no era su problema, ellos eran sus amigos y la mujer de Ismael era una persona a la que acababa de conocer; no le deseaba lo que le estaba haciendo su marido, pero no sería ella la que pusiera el grito en el cielo. Sin embargo se solidarizaba con ella cada vez que pensaba en ellos dos y decía: “pobre Gloria, estará pensando que su marido está en una de sus múltiples reuniones o en un acto a los que estaba obligado a asistir, mientras se está paseando sin ningún pudor con la amante por todas partes”
Un buen día, cuando a Lola ya le había parecido suficiente y había decidido obviar el tema, y dejar de utilizar la ironía por el Messenger, a Ismael le entró un arrebato de confidencialidad y decido llamarla para decirle “una cosa”pero que haría en otro momento; Lola le animaba a que le contara, pero solo quería hacerlo a través del Messenger. Todavía tenía su última frase sugerente: “El puntiagudo tridente espera el momento, mientras su atuendo rojo realza sus encantos”. Por lo visto, Ismael prefería hacerlo así que frente a frente con una Lola de la que se imaginaba su reacción y sus comentarios. Evitaba ser pinchado con “el puntiagudo tridente”
Pasó un tiempo hasta que Ismael se decidiera a hablar, pero al fin lo hizo. Lejos de juzgarlo –ella no era quien tenía que reprocharle nada- Lola le dio la dirección de su blog y le dijo:
-Entra en Internet en esta página y lee la segunda historia. Mañana la comentamos.
Ismael no supo que decir e imaginó que a Lola le había parecido mal su confesión; tal vez estaba celosa, “igual es que yo le gusto y quería ser ella mi amante” –pensó- y esto le ha parecido mal. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Lola consideraba a Ismael como un amigo y aunque era consciente de su atractivo, ella no sentía nada por él; sus gustos sentimentales iban por otros derroteros.
Leyó la historia “el puntiagudo tridente de Lola” y supo que su secreto estaba a buen recaudo con Lola -aunque seguramente eso ya lo sabía antes de leerla- sabía que ella no diría nada a nadie y comprendió que se lo tenían que haber contado antes, ya que su amiga podía haber sido una buena aliada y por no decírselo había estado expuesto muchas veces a que metiera la pata de forma involuntaria al comentar con Gloria la asistencia a los actos “en los que había estado su marido”
Lola no compartía las infidelidades, pero había casos en los que las entendía. Lola siempre decía: “separación si, traición no”, sabía que el matrimonio de Ismael sólo era de apariencia, aunque ni él ni Gloria se lo habían contado, pero Lola –que llevaba una psicóloga dentro- tenía mucha intuición y no se le escapaba ningún detalle. No pensaba juzgar a sus amigos por haberse enamorado. Ya no volvería a sacar el tridente porque valoró mucho el hecho de que Ismael se había decidido a contarle su historia, demostrándole que tenía confianza en ella, aunque había llegado tarde la confesión. Ella conocía sus pasos gracias a su perspicacia y a que era algo brujilla, pero le agradeció de igual modo que confiara en ella en algo tan personal contándole la historia de la que Lola, aficionada escritora, hacía tiempo que había escrito este relato.

5-octubre-2007

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tranquila guapa que a mister leon se le a caido la careta y todos nos estamos dando cuenta de quien es, tu valided ha quedado mas que demostrada en los ultimos tiempos. Merce

Anónimo dijo...

Ole y ole. asi me gusta con dos cojones bien puestos. apor ellos oe, apor ellos oe!!!!!!

Anónimo dijo...

enhorabuena por tu blog verdaderamente impresionantes tus entradas, le seguire con verdadero interes y permiteme presente mi blog de apoyo a Rajoy
http://rajoy2012.blogspot.com/
un saludo

Gatadeangora dijo...

¡¡¡Ay Lola!!! digo Mª Angeles, jajajaja,me han gustado mucho tus historias sobre todo la de Pilar e Ismael.
Gracias por tu visita y comentarios sobre mi blog.El tuyo me ha gustado mucho,escribes estupendamente.
Besos