viernes, 22 de enero de 2010

Cuarenta años de diferencia

Hoy un "chiste" que me ha llegado via mail y que me ha hecho pensar un poco. Creo que es interesante y me ha parecido oportuno compartirlo para su posterior análisis, que no tiene desperdicio


Escenario: Tienes que hacer un viaje en avión.

Año 1969: Te dan de comer, de beber y los periódicos que quieras. Todo
servido por azafatas espectaculares.

Año 2009: Entras en el avión abrochándote el cinturón de los
pantalones que te han hecho quitar para pasar el control, te sientan
en una butaca en la que si respiras profundo le metes el codo en el
ojo al de al lado y si tienes sed el azafato te ofrece una carta con
cuatro latas a precio de oro. Si protestas, cuando aterrizas te meten
el dedo por el culo para ver si llevas drogas.


Escenario: Manolo tiene pensado ir al bosque después de clase. Alentrar al colegio le enseña una navaja a Pancho con la que pretende hacer un tirachinas.

Año 1969: El subdirector lo ve y le pregunta donde la ha comprado. Le
enseña la suya, que es antigua, pero mejor.

Año 2009: La escuela se cierra. Llaman a la policía, que se lleva a
Manolo al reformatorio. Antena 3 y Tele cinco presentan los
informativos de las 15:00 desde la puerta del colegio.

Escenario: Disciplina escolar

Año 1969: Haces una putada en clase. El profesor te mete dos hostias.
Al llegar a casa tu padre te arrea otras dos.

Año 2009: Haces una putada. El profesor te pide disculpas. Tu padre le
monta un pollo al profesor y a ti te compra una moto para el disgusto.

Escenario: Fran y Marcos se reparten unos puñetazos después de clase.

Año 1969: Los compañeros los animan, Marcos gana. Se dan la mano y
terminan siendo colegas.

Año 2009: La escuela se cierra, Tele cinco proclama el mes
antiviolencia escolar. El periódico 20 minutos dedica cinco columnas
al asunto y Antena 3 aposta de nuevo a Matías Prats en pleno temporal
frente a la puerta del colegio para presentar el telediario.


Escenario: Luis rompe el cristal de un coche en el barrio; su padre
saca el cinturón y le pega unos buenos latigazos con él.


Año 1969: Luis tiene más cuidado la próxima vez, crece normalmente, va
a la universidad y se convierte en un hombre de negocios con éxito.

Año 2009: Arrestan al padre de Luis por maltrato a menores. Sin la
figura paterna, Luis se une a una banda. Los psicólogos convencen a su
hermana de que el padre abusaba de ella y lo mantienen en la cárcel de
por vida. La madre de Luis se enrolla con el psicólogo. Mercedes Milá
abre la final de Gran Hermano con un discurso relativo a la noticia.



Escenario: Juan se cae mientras echaba una carrera y se araña en la
rodilla. Su profesora, María, se lo encuentra llorando al borde del
camino. María lo abraza para confortarlo.


Año 1969: Al poco rato, Juan se siente mejor y sigue jugando.

Año 2009: María es acusada de perversión de menores y se va al paro.
Se enfrenta a tres años de cárcel. Juan se pasa cinco años de terapia
en terapia. Sus padres demandan al colegio por negligencia y a la
profesora por trauma emocional, ganando ambos juicios. María, en paro
y endeudada, se suicida tirándose de un edificio. Cuando aterriza, lo
hace encima de un coche y también rompe una maceta. El dueño del coche
y el dueño de la planta demandan a los herederos de María por
destrucción de la propiedad. Ganan. Tele cinco y Antena 3 producen
juntos la película y definitivamente el plató de los informativos ya
queda emplazado en medio de la calle.

Escenario: El fin de las vacaciones.

Año 1969: Después de chuparse una caravana del copón con toda la
familia metida en un seiscientos tras un mes de vacaciones en un
apartamento cochambroso de la costa, se terminan las vacaciones. Al
día siguiente se trabaja y no pasa nada.

Año 2009: Después de volver de Cancún, en un viaje todo pagado, la
gente sufre trastornos del sueño, depresión y amenorrea.


Conclusión: Nos hemos vuelto gilipollas.

domingo, 17 de enero de 2010

Deseos de fin de año=obligaciones del año nuevo

Imagen de escueladeriqueza.org

Cada año me hago el firme propósito de hacer algo que debería hacer: adelgazar uno o dos kilos, ir al gimnasio, correr todos los días, hacerme un chequeo médico, escribir otro libro y tantos y tantos planes que comienzan con el final de cada año, como proyecto para el siguiente, sin embargo, la imaginación vuela demasiado rápido para los gustos del esfuerzo que implica la realización de cada una de esas obras que con cada uva se instalan en nuestro pensamiento.
Llega el día 1 y, como es festivo, las obligaciones empiezan “mañana” y así se van perdiendo los días en los que deberíamos estar cumpliendo con aquella obligación moral con la que comenzábamos el año. Estamos a 17 y todavía no me he propuesto nada de lo que pensé hacer. No sé si echarle la culpa al tiempo, a la falta de tiempo, a la confortabilidad del sofá, al exceso de actividades más gratificantes que me absorben el tiempo libre, etc. La cuestión es que todo sigue sin hacer.
He leído por ahí en unos cuantos blogs y foros por los que me suelo perder, que a todo el mundo le pasa algo parecido, a algunas personas con las que me veo y tengo oportunidad de charlar, les pasa lo mismo, por lo tanto, no debo de ser una excepción. Será que a la hora del brindis y las promesas todo es tan fácil que hasta nos engañamos a nosotros mismos.
P.D. (espero que dentro de dos o tres meses os cuente que estos proyectos los estoy llevando a cabo, del mismo modo, espero leer en vuestros blogs que estáis haciendo lo mismo)

jueves, 7 de enero de 2010

¡Cómo saben elegir los Reyes los regalos!

Cuando era pequeña, siempre me impresionaba el hecho de que los Reyes Magos siempre acertaran y, aunque siempre me dejaban más regalos útiles que juguetes, acertaban con la talla, con mi color favorito, con muñecas que no tenía o con juegos de mesa que me gustaban ya antes de abrir la caja. Conclusión: que los Reyes eran realmente Magos y conocían al dedillo los gustos, la personalidad y las necesidades de todo el mundo. A mis amigas les pasaba lo mismo.
Pues bien, este año me han dejado –además de otras cosillas- unas zapatillas que parecen hechas para mí y ese es el porqué de esta entrada. Soy Géminis y una de las características de los geminianos es esa “doble personalidad” que dicen que tenemos; esa capacidad para ser encantadores y al cabo de pocos minutos seres demoníacos. Ese Ángel y Demonio dentro de la misma persona, que a veces se interpone en medio de alguna situación creando malestar en los presentes, por aquello de dejarse llevar demasiado por el “gemelo borde”, como llamo cariñosamente a mi YO, menos simpático pero más sincero.
Tengo que reiterarme en lo que empezaba diciendo, que los Reyes son realmente Magos y “saben” con toda la certeza del mundo que no se van a equivocar al dejar en nuestras casas algún presente. En mi caso, estaban seguros al 100% que estas preciosas zapatillas estaban hechas para mí. Gracias Reyes Magos, por ser tan inteligentes y conocerme tan bien. Un beso enorme.