jueves, 3 de marzo de 2011

Preparando el carnaval


En días previos al carnaval; días de retales, patrones y tijeras, una se plantea la posibilidad de meterse en la piel de cualquier personaje sacado de cualquier chistera, para recorrer las calles de su ciudad al ritmo de las charangas carnavaleras. Por unos momentos se me pasa por la cabeza el coger los bártulos costureriles y ponerme a confeccionar un disfraz que esconda por unas horas aquello que soy el resto del año.
Brujas, piratas, animales salvajes, políticos, ladrones de guante blanco o negro, personajillos más o menos conocidos son los muchos que estos días abundan en las improvisadas salas de costura de la mayoría de las casas de la ciudad. Bajo la batuta de la modista y aflorando poco a poco de debajo del prensatelas, aparece la otra cara, el disfraz bajo el cual nos dejaremos ver en las noches carnavaleras.
No siempre busca uno el disfraz adecuado, digamos la horma de su zapato, dicho en plan sabio refranero español, aunque casi siempre nuestras preferencias pasan por aquello que nos gustaría ser. A veces se nos cuela lo que queremos esconder, que intenta salir a flote a cualquier precio, pero lo que siempre conseguimos es cambiar de personaje. Cada año la lucha por parecer otro, se vuelve más tenaz y las formas de conseguirlo, aunque sólo sea por unas horas, siempre pasa por las manos de la modista y la maquilladora que harán de un personaje anodino, un triunfador.
A los que nos gusta ir con la cara por delante, no solemos necesitar más careta que la que ya tenemos bastante vista, nos solemos apañar con la de diario. En ese caso, una visita a la mercería en busca de una nueva goma que nos permita seguir llevándola con dignidad el resto del año, será suficiente para seguir dentro del papel que nos gusta representar: el papel de “yo soy yo”, el papel de “me gusta ser como soy”

3 comentarios:

Paquita Pedros dijo...

El carnaval tiempo de ilusiones
un beso corazon

Manuel dijo...

Muy bueno, amigo Manel.
Pero recuerda que, aún así, de cuando en cuando hay que ir cambiando la goma, ¿eh?

Un saludo.

Paquita Pedros dijo...

Pasate por mi blog de hadas hay un premio para ti
un beso corazon